LA MEJOR PARTE DE DEVOCIóN ADMIRABLE DE LOS 7 DOLORES QUE MARíA SANTíSIMA SINTIó EN LA VIDA Y MUERTE DE SU AMADíSIMO HIJO

La mejor parte de Devoción admirable de Los 7 Dolores que María Santísima Sintió en la Vida y Muerte de su Amadísimo Hijo

La mejor parte de Devoción admirable de Los 7 Dolores que María Santísima Sintió en la Vida y Muerte de su Amadísimo Hijo

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La Casto dijo a Santa Brígida de Suecia: «Miro a todos los que viven en el mundo para ver si hay quien se compadezca de Mí y medite mi dolor, mas hallo poquísimos que piensen en mi tribulación y padecimientos.

Su súplica de paciencia a Jehová se refleja en esta Gracejo: “Les daré cuanto pidan, siempre que no se oponga a la adorable voluntad de mi Divino Hijo ni a la santificación de sus almas”.

Naturalmente que quien pueda adivinar más de lo obligatorio, haría muy acertadamente en hacerlo (de acuerdo a sus reales posibilidades). Pero esto no significa que se le prohíba un fasto o un gusto cierto ni que tenga que adivinar a la Iglesia todo lo que no le sea estrictamente necesario.

En su carrera se ha dedicado a la creación de contenidos multimedia y al diseño y gestión de la comunicación en organizaciones y proyectos de impacto social. Le apasiona crear narrativas y experiencias interactivas que construyan una sociedad más humana y sostenible.

"Yo voy a defenderlos en sus batallas espirituales con el enemigo infernal y voy a protegerlos en cada instante de su vida."

Miradme ¡Oh mi amado y buen Jesús! Postrado en vuestra santísima presencia: os ruego con el veterano fervor imprimáis en mi corazón los sentimientos de Certidumbre, esperanza y caridad, dolor de mis pecados y propósito de nunca ofenderos, mientras que yo, con todo el simpatía y con toda la compasión de que soy capaz, voy considerando vuestras cinco llagas, comenzando por aquello que dijo de Vos ¡Oh mi Todopoderoso! el santo Profeta David: «Han taladrado mis manos y mis pies y se pueden contar mis huesos».

Al pie de la cruz la Doncella María, perfectamente unida a su Hijo, pudo compartir de modo singular la profundidad del dolor y del inclinación de su sacrifi cio y nadie mejor que Ella puede enseñarnos a galantear la cruz.

Yo tuve el privilegio de emanar un día de Nuestra SeñYa de los dolores. Ayer en 1947 se celebraba el viernes ayer del domigo de Ramos. Siempre me ha cuidado en mis 66 años.

Esta devoción nos brinda la oportunidad de acercarnos a María y blindar nuestra Confianza en momentos de dolor y sufrimiento. Es una manera de recordar y compartir su dolor como origen y de inquirir su intercesión en nuestras vidas.

Sí, existen diferentes formas de rezar los 7 Dolores de la Casto. Una de las maneras más comunes y efectivas de soportar a cabo esta praxis religiosa es mediante la recitación de las siete oraciones correspondientes a cada individuo de los dolores que María experimentó durante su vida.

Afligida y desconsolada SeñAhora, yo la criatura más indigna de estar delante de vuestra soberana presencia, os suplico con todo abatimiento, que por vuestros dolores os dignéis ser mi Piloto, amparo y patrocinio, para que en el examen de este día pueda atinar a serviros y agradaros, a quien me consagro y sacrifico totalmente con todas mis potencias y sentidos; y cuanto pensare, dijere y obrare, sea en remuneración de los dolores que con mis culpas os he ocasionado, y me consigáis perdón de ellas y una buena y reconocida muerte. Además.

¡Ay Madre mía afligidísima! Yo me acerco a Vos deseoso de consolaros con filial y piadoso afecto, y de acompañaros y serviros en vuestra desolada soledad. Yo vengo con firme propósito de seguiros en vuestra vía dolorosa, ansioso de conservarse por ella al seno consolador y acertado de la virtud, llorando en la soledad de mi corazón contrito y devocion admirable de los 7 dolores de maria santisima humillado, mis innumerables culpas y extravíos causadores de los tormentos a Jesús y de vuestros dolores y amarguísima soledad.

Por aquel sensible encuentro de vuestro santísimo Hijo, haced que me Naciente de la postración en que me tienen puesto mis enormes faltas, y cargue con la cruz de las penas y trabajos de esta vida, para aligerar en parte la cruz de Jesús, y mitigar vuestro dolor.

Veamos lo que dice el Papa Pio XII con motivo de la celebración del año Mariano de 1954, en narración a las lágrimas de la estatua de Siracusa:

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